Internet es un medio de transmisión de información incómodo para
los poderes establecidos, entre ellos el político. La generalización de su uso
en gran parte del mundo, su ubicuidad, las múltiples plataformas desde las que
conectarse, la inmediatez en la propagación de informaciones, el que éstas
puedan compartirse de forma global, en todo el planeta, son factores que
potencian la libertad de expresión y la capacidad de respuesta de la ciudadanía
ante una clase política que, aún en los regímenes democráticos, estaba
acostumbrada a enviar a los ciudadanos un discurso controlado, a la medida de
sus intereses.
En estos regímenes democráticos, la única opción de los
gobernantes ante el fenómeno Internet es sumarse a él y utilizarlo para sus
labores y fines políticos –algo que unos y otros vienen intentando con mayor o
menor éxito y acierto.
En regímenes totalitarios o con libertades limitadas,
contrariamente, los gobiernos no sienten ningún rubor a la hora de aplicar
medidas de censura directa sobre la Red o su acceso a ella, con el fin de
acallar o limitar el alcance de las voces disidentes que surgen de entre sus
ciudadanos o simplemente para ocultar a esos ciudadanos informaciones que desde
el poder se consideran peligrosas.
Las formas en que se lleve a cabo esa censura pueden ser
diversas:
Bloqueo de la Web (Irán)
Es la censura de fuentes de información online utilizando proveedores de
Internet locales para configurar listas negras de sitios e impedir el uso de
ciertas palabras clave por parte de los ciudadanos. Ésta es una técnica en la que los gobiernos están alcanzando una gran
sofisticación, así como también han avanzado en los métodos para neutralizar
las herramientas usadas para burlar la censura.
Censura de precisión (Bielorrusia)
Es el ataque puntual a sitios de Internet en momentos estratégicos. Con
esta práctica se busca minimizar el riesgo de que los ciudadanos encuentren
vías para burlar la censura, algo que puede ocurrir con mayor facilidad cuando
el ataque es permanente.
Denegación de acceso (Cuba)
Es quizá el método más elemental. Restringiendo y dificultando el acceso de
los ciudadanos a Internet ya no se hace tan necesario el desarrollo de
tecnologías de censura avanzadas. Cuando se aplica esta forma de censura, es
habitual que el acceso a la Red para la gran mayoría de los ciudadanos quede
limitado a sitios como los cibercafés, controlados por el gobierno.
Control de las infraestructuras (Etiopía)
Es el control de la Red y los medios a través del sistema nacional de
telecomunicaciones, en países donde éste es propiedad del estado y es el
gobierno quien lo dirige y monopoliza. Este método de censura no afecta sólo a
Internet y las redes telefónicas, sino a todo tipo de comunicaciones (por
satélite, radio, televisión, etc.).
Ataques con malware (China)
Es el uso de programas dañinos –malware– instalados en los ordenadores de
periodistas y disidentes. Como en los casos de infección comunes, sin motivos
políticos, pueden llegar al destinatario ocultos en correos electrónicos
aparentemente inocentes, y una vez instalados otorgar el control del equipo
infectado al gobierno, para espiar las comunicaciones, robar documentos o
incluso usar ese ordenador para lanzar ataques a otros equipos.
Violencia contra los periodistas
digitales (Rusia)
Es el nuevo objetivo de regímenes con tradición en la persecución represiva
del periodismo. En estos países, la violencia ejercida contra la prensa tiene
cada vez más como blanco a los periodistas digitales.
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